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Desde la Revolución Industrial, los avances tecnológicos también han aumentado los niveles de contaminación y destrucción del medio ambiente, y la necesidad de revertir la situación es cada vez mayor. Pero ¿qué se puede hacer para que el crecimiento tecnológico no afecte al medio ambiente?

La buena noticia es que hay varias iniciativas para contener el problema y de eso hablaremos en este artículo. Comprende ahora el concepto de tecnología verde y cómo la actual transformación digital puede contribuir a minimizar el impacto medioambiental.

¿Qué es la tecnología verde?

La tecnología de la información ecológica, o Green IT, consiste en un conjunto de prácticas relacionadas con la tecnología que se centran en la sostenibilidad. El concepto entiende que, a través de las innovaciones tecnológicas y el uso de los recursos informáticos de forma más responsable, es posible contribuir al futuro del planeta.

En un contexto macro, las prácticas de tecnología verde en las organizaciones apuntan a:

  • Desarrollar productos que sean responsables con el medio ambiente en todo su ciclo, desde la reducción del uso de recursos naturales en la fabricación hasta la correcta eliminación de los residuos.
  • Reducir la huella de carbono (emisiones de CO2) mediante el uso de energías limpias o soluciones que generen eficiencia y ahorro en el gasto eléctrico.
  • Llevar a cabo la gestión de los residuos sólidos, como el papel usado, la eliminación correcta de los residuos electrónicos, la recogida de materiales reciclables, la reutilización de los residuos de producción, entre otros.
  • Reducir el uso de agua en las operaciones diarias de la empresa.
  • Modificar la distribución de las empresas y los modelos de gestión para optimizar los procesos y ganar eficiencia en las operaciones.

¿Cuál es el impacto de la tecnología en el medio ambiente?

El despilfarro de recursos naturales, la eliminación de residuos contaminantes en la naturaleza y la exploración de minerales para la producción de dispositivos son puntos urgentes cuando pensamos en el desarrollo tecnológico y el medio ambiente.

Sin embargo, el gran problema medioambiental actual gira en torno a la energía eléctrica, ya que, cuanto más se desarrollan las tecnologías de la información, más energía se desperdicia. Basta pensar en la cantidad de ordenadores y teléfonos móviles que hay que recargar en un enchufe (y esto es sólo la punta del iceberg).

La energía, un recurso cada vez más competitivo, se produce principalmente por:

  • Los combustibles fósiles como el carbón, que son fuentes no renovables (por tanto, finitas) y emiten una gran cantidad de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, uno de los principales gases causantes del calentamiento global.
  • Las centrales hidroeléctricas, que utilizan una fuente renovable (el agua), pero que para ser construidas generan un gran impacto ambiental, deforestación, alteración de la biodiversidad y además requieren el traslado de las comunidades de la zona.
  • También hay fuentes limpias, como la energía eólica, la solar y la biomasa, pero todavía no son muy expresivas en relación con las demás.
  • Para hacerse una idea, una investigación de la Universidad de Cambridge ha demostrado que sólo la minería de bitcoins -realizada por miles de máquinas que funcionan las 24 horas del día en todo el mundo- consume tanta electricidad como toda Suiza en un año.
  • Esto hace que el sector de las tecnologías de la información sea uno de los que más contribuyen a las emisiones de CO2 en todo el mundo, sólo con los dispositivos móviles y los ordenadores.

Ejemplos de tecnologías verdes

Pero ¿cómo puede actuar la comunidad informática para revertir el problema y proponer soluciones que minimicen este impacto?

  • Soluciones que utilicen energía de fuentes renovables y aumenten la capacidad de las plantas de energía limpia.
  • Soluciones de eficiencia energética, es decir, soluciones capaces de reducir el consumo de energía eléctrica de dispositivos tecnológicos y maquinaria industrial.
  • Soluciones para sistemas de tratamiento de residuos y reutilización de aguas;
  • Automatización y soluciones tecnológicas corporativas para reducir el uso de papel con documentos impresos;
  • Virtualización de servidores y softwares mediante el uso de la computación en nube. Al prescindir de la infraestructura de Data Centers y servidores a gran escala es posible reducir drásticamente el uso de energía y las emisiones de carbono.

Los grandes players del mercado tecnológico y de Silicon Valley ya están avanzados en la investigación y desarrollo de este tipo de soluciones. Apple, por ejemplo, es neutra en carbono y promete que todos sus productos lo serán para 2030. Sus dispositivos ya han avanzado mucho en el bajo consumo de energía y la expectativa es que todos los dispositivos y envases se produzcan al 100% con materiales reciclables y renovables.

El uso de la tecnología verde por parte de las acciones gubernamentales y las iniciativas privadas también ha hecho que algunos países realicen grandes avances en materia de sostenibilidad en los últimos años. Costa Rica fue nombrada “Campeona de la Tierra” por la ONU en 2019 por prohibir el uso de combustibles fósiles y plásticos y se esperaba que se convirtiera en el primer país con cero emisiones de carbono en 2021.

Toyota anunció a principios de 2020 su prototipo de ciudad totalmente autosuficiente e inteligente, la Woven City, que se construirá en Japón. Con un ecosistema conectado alimentado por pilas de combustible de hidrógeno, vehículos autónomos y robots para hogares inteligentes, la ciudad será un centro creativo para desarrollar tecnologías limpias que generen beneficios sociales.

¿Por qué invertir en tecnología verde?

Invertir en soluciones tecnológicas ecológicas es la solución para reducir el impacto medioambiental. Con menos emisiones de gases, es posible reducir el efecto invernadero, la contaminación ambiental, el deshielo de los casquetes polares, la deforestación y muchos otros efectos. Cuidar el medio ambiente es cuidar a las generaciones venideras.

Sólo con reducir el uso de papel en las empresas, por ejemplo, es posible obtener ganancias considerables. Según datos de Embrapa, la producción de 1 tonelada de papel consume 540 mil litros de agua y provoca una deforestación de entre 2 y 3 toneladas de madera, sin mencionar el compromiso de la biodiversidad.

Además de contribuir al futuro del planeta, en una visión más a corto plazo las tecnologías verdes pueden aportar varios beneficios a las empresas. Un menor gasto energético y una menor producción de servidores e infraestructura de gadgets suponen una reducción de costos y una mayor eficiencia operativa.

Otro punto importante es que las empresas sostenibles tienen una mejor reputación en el mercado y frente a las partes interesadas. El rendimiento genuino es capaz de atraer a más clientes, inversores e incluso contribuir a la retención de los empleados, que se sienten orgullosos de trabajar con la marca.

¿Cómo reducir el uso de papel con la tecnología?

Reducir el uso de papel puede tener un gran impacto en la sostenibilidad, además de que puede ser una iniciativa sencilla de aplicar en tu empresa.

Automatizando los procesos, manteniendo los documentos y la información de la empresa en la nube y realizando una Gestión Electrónica de Documento, es posible minimizar el uso del papel.

Las soluciones ECM (Enterprise Content Management) y EDM (Electronic Document Management) disponen de funciones como la firma digital y electrónica, el escaneo de documentos, el OCR (Reconocimiento Óptico de Caracteres), la codificación de contenido, la indexación para realizar búsquedas eficaces y otras, que permiten que toda la gestión de archivos de una empresa se realice en un entorno digital.

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